LA
EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Hablar de
educación hoy, contemplando los cambios que presenta la sociedad actual en
torno a procesos de modernización y comunicación a gran velocidad, requiere
necesariamente cambios radicales en la praxis pedagógica. En este sentido, la
educación debe hacerse cargo de la transformación que experimenta el contexto
cultural inmediato y de la influencia de las tecnologías de información y la
comunicación en el incremento y evolución de la sociedad contemporánea; razón
por la cual, la interpretación de la globalización no debe ceñirse en sus
efectos sobre la educación, sino, como parte de su entorno, en el que ella
opera y al cual debe responder y adaptarse.
El papel
de la educación en la era moderna, entonces, debe centrar su acción en la
comunicación y la información como elementos que están al servicio de la
transmisión y construcción del conocimiento, en su extensión en el espacio
y su influencia en las generaciones
modernas asumidas como la aldea global.
Su acción debe operar a través del desarrollo de contenidos digitales
significativos, pertinentes, así como en el fortalecimiento de las competencias
necesarias para el uso apropiado de las mismas. Repensar la educación debe
considerar las TIC como un espacio activo que genere nuevos ambientes para el aprendizaje
respetando los principios de participación y equidad, por lo que la inclusión
digital debe ser asumida como un asunto de corresponsabilidad entre el estado y
la escuela, donde juntos busquen el mejoramiento de la educación traspasando
las brechas abismales que existen, ya que como lo expresa Chen y Wellman (2004)
“no hay una brecha digital, hay muchas divisiones”, dado que los estudiantes
menos favorecidos económicamente tienen menos oportunidades de hacer buen uso
de las TIC y los más favorecidos se encuentran mediatizados permanentemente por
ellas.
Es
evidente la necesidad de activar el proceso de inclusión digital que favorezca
también a las poblaciones vulnerables, entre ellas, la población escolar rural,
quien hace algunos años se encuentra medianamente incluida en los proceso de
accesibilidad tecnológica, pero carece de procesos más profundos como la
alfabetización digital que permiten el buen uso de la información para el
aprendizaje y adquisición del conocimiento. Desde esta perspectiva, se evidencia
la necesidad de transformar el acto educativo del nuevo siglo. Es indispensable
generar y proporcionar ambientes de aprendizaje mediados por las TIC, que
permitan transformar la praxis pedagógica de forma innovadora, propiciando nuevas estrategias de
enseñanza que posibiliten la adquisición de conocimientos incrementando la
motivación para el aprendizaje siendo este el elemento fundamental para que
exista un aprendizaje significativo, de ahí la gran inquietud investigativa
cuando el común denominador en el contexto escolar actual está mediado por la
desmotivación e indiferencia ante el proceso enseñanza- aprendizaje.
Traspasar
la brecha digital, es un paso necesario para garantizar el pleno desarrollo de
la ciudadanía y poder hablar de inclusión digital. Por todo esto, las buenas
prácticas que suponen las experiencias innovadoras que generan procesos de
inclusión digital son la ruta a seguir para mejorar la educación en los nuevos
escenarios de la sociedad del conocimiento.
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